Nutrientes para la tristeza. Los síntomas del Trastorno Afectivo Estacional comienzan en el otoño y perduran hasta los últimos días del invierno y es sufrida por casi medio millón de personas, tan sólo en los Estados Unidos.
Las personas con depresión de invierno experimentan alguno de los signos comunes de la depresión como: fatiga, disminución de la energía o necesidad de dormir más,dificultad de concentración, deseos de estar sólo, así como incremento del apetito -preferiblemente dulces y carbohidratos- y un aumento de peso. Es por ello que los cambios en la alimentación, desempeñan un valioso papel y alivian los síntomas de la depresión invernal. Se recomienda:
Consumir una pequeña cantidad de carbohidratos complejos en cada comida, te ayudará a aumentar los niveles de serotonina, con lo cual controlarás mejor las ansias por los alimentos altos en azúcar y combatirás el aumento de peso. Buenas fuentes de carbohidratos complejos son las frutas, verduras y cereales integrales, como la avena.
Los ácidos grasos Omega-3 ayudan a prevenir los síntomas de la depresión y se encuentra en pescados azules, como el salmón, el atún o sardinas, frutos secos como las nueces, semillas de lino, semillas de calabaza, y los aceites de cánola, linaza o soja.
Consumir alimentos ricos en vitamina B te ayudará a aumentar los niveles de energía y a mejorar la concentración, que son los granos enteros, las espinacas, el brócoli, las lentejas y pescados como el pargo.
Se ha demostrado que el estado de ánimo bajo puede ser ocasionando por la deficiencia de vitamina D. La luz solar nos proporciona esta vitamina de forma natural, pero como es limitada durante los meses de invierno, consumir alimentos ricos en vitamina D o tomar suplementos de ésta puede aliviar los síntomas de depresión asociados con el trastorno afectivo estacional. Aparece vitamina D en los pescados como el atún o el bonito, zumo de naranja, cereales, leche, yogurt y margarina.
Fuente: www.nutricion.pro